La periodoncia es una enfermedad que va afectando progresivamente a los tejidos de soporte del diente, comenzando en un primer estadio con la encía inflamada, enrojecida y sangrante (gingivitis), evolucionando a una pérdida de hueso (periodontitis). En fases avanzadas de la periodoncia, cuando la destrucción ósea es grande, conduce irremediablemente a la movilidad y pérdida dentaria. La periodontitis puede aumentar el riesgo de accidentes cardiovasculares. Existen algunos factores de riesgo para padecer periodontitis, entre los que destacamos los siguientes:
- Factor genético
- Consumo de tabaco
- Diabetes
- VIH
Tiene un componente genético y afecta al 50% de la población adulta. Necesita tratamiento ya que no mejora por si mismo ni tampoco con medicamentos.
En los niños y adolescentes la prevalencia de la enfermedad es menor pero existen formas de Periodontitis prepuberal y Periodontitis juvenil que deben de ser tenidas en cuenta ya que son muy agresivas. Para el tratamiento con ortodoncia, se recomienda no continuar o iniciar el tratamiento si la inflamación es importante ya que el movimiento dentario ortodóncico y la inflamación continuada por enfermedad periodontal pueden producir pérdida irreversible de hueso.
- Encías rojas.
- Sangrado espontáneo o al cepillarse (los fumadores no sangran aunque estén infectadas).
- Dientes largos (provocado por la retracción de las encías)
- Movilidad y desplazamiento de los dientes.
- Espacios y huecos entre los dientes.
- Mal aliento.
- Aparición de abscesos o flemones en las encías.
- Puede no presentar ningún síntoma.
La mejor prevención es un diagnóstico precoz de la enfermedad. Por ello, es muy importante acudir a un especialista (periodoncista) si presenta alguno de los síntomas de la periodontitis.